El nombre Yurena no forma parte del santoral cristiano y, por lo tanto, no tiene una fecha asignada. Se trata de una voz que procede del sistema lingüístico de las Canarias prehispánicas. En este sentido, habría que recordar que en los últimos tiempos se ha extendido notablemente el uso de Yurena como antropónimo femenino, pero documentalmente no consta ninguna referencia que permita afirmar que se trata de nombre de mujer. Las referencias más tempranas nos lo presentan con el valor de ‘demonio’ o ‘espíritu maligno’. Así, Abreu Galindo en su Historia de la conquista de las siete islas de Canarias, lib. III, cap. 4, recoge la forma Yruene : "A estos palmeros se les aparecía el demonio, en figura de perro lanudo, y llamábanlo Iruene". Esta forma presenta diferentes variantes: Hirguan (Torriani), Yruene o Yruena (Berthelot, Bory), y, finalmente, Yurena en los materiales de Chil.