La primera documentación del nombre Rayco se encuentra en el poema Antigüedades de las Islas Afortunadas, de Antonio de Viana. Es el nombre de un capitán de Anaga. Su ausencia en fuentes históricas tempranas podría indicar que se trata de una creación del autor.

Con respecto a Nayra o Naira, sí aparece en las fuentes más tempranas, como la Historia de la conquista de las siete islas de Canarias, de Abreu Galindo, o en la crónica de Gómez Escudero. En estos textos es antropónimo masculino.

Airam, por su parte, aparece entre los antropónimos de esclavos guanches bautizados en Sevilla, en el apartado dedicado a la isla de La Palma (v. Álvarez Delgado, J. (1956) Antropónimos de Canarias, en Anuario de Estudios Hispánicos, n.º 2).