En este sentido, lo primero que se debe tener en cuenta es que la vacilación vocálica en sílaba átona es un comportamiento habitual en español y, por lo tanto, no es nada extraño verla en los nombres geográficos canarios, tanto en los de origen románico como en los de procedencia prehispánica. En el caso del topónimo herreño que nos consulta, si acudimos a las fuentes documentales más antiguas vemos muestras de ese polimorfismo o alternancia. Por ejemplo, en la descripción de El Hierro en el siglo XVIII reproducida por Dacio V. Darias y Padrón en el número 64 (1943, p. 304) de la Revista de Historia, su anónimo autor trae Temijiraque. Si nos vamos a los materiales consignados por Bartolomé García del Castillo en sus Antigüedades y ordenanzas de la isla de El Hierro, vemos las formas Temijiraque y Temejiraque. Y, en lo que se refiere a Juan Antonio de Urtusáustegui (1731-1794), en su Diario de viaje a la isla de El Hierro en 1779, trae Timijiraque. Creemos que las tres variantes por las que nos pregunta son igualmente válidas porque están vivas en el uso y es muy difícil establecer cuál es la más antigua u original. La Academia Canaria de la Lengua, en el rescate de toponimia que realizó en la isla de El Hierro para Cartográfica de Canarias, S.A. (GRAFCAN) entre 2016 y 2017, privilegió la forma Temijiraque, según los resultados recogidos de la tradición oral en encuestas de campo en las que participaron unos setenta y cinco informantes, seleccionados entre la población de edad más avanzada, pero también sabemos que la forma Timijiraque presenta igualmente un amplio uso.