A continuación se exponen con brevedad algunas observaciones acerca de la naturaleza del Diccionario básico de canarismos (DBC), y se aportan también instrucciones imprescindibles para facilitar su manejo y obtener el mayor provecho de la información que contiene.
Aclaraciones preliminares
El Diccionario básico de canarismos recoge las voces más representativas del léxico propio de las hablas del Archipiélago. Incluye los canarismos generales y los más característicos y de uso más frecuente en cada una de las Islas. No obstante, en algunas ocasiones se da entrada también a términos que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) o en otros diccionarios del español aparecen como generales, bien porque su uso en buena parte del resto de España es escaso, frente a la notable vitalidad del vocablo en Canarias, o bien porque la palabra presenta, en todas o en alguna de sus islas, acepciones que no se corresponden con las que ofrecen esos diccionarios.
Planteado con una orientación eminentemente didáctica, el DBC ha prestado especial atención a los vocablos referidos a actividades tradicionales vinculadas a la agricultura, la ganadería y la pesca, así como a los relativos a determinados aspectos de la vida familiar y social, a deportes autóctonos, juegos infantiles y folclore, y a los que designan especies vegetales y animales. En la selección y definición de estos últimos han participado especialistas en botánica y zoología, miembros de la Academia Canaria de la Lengua (ACL) o colaboradores de esta institución. Siguiendo sus indicaciones, en la definición de estos zoónimos y fitónimos se ha utilizado la terminología científica más moderna, que en ocasiones no ha sido incorporada aún a los diccionarios generales del español.
En el Diccionario básico de canarismos de la Academia Canaria de la Lengua se da entrada solamente a los gentilicios designativos de cada isla y de los municipios de todas ellas, aunque en algunos casos la alta frecuencia de aparición en textos escritos de los relativos a algunas localidades de ámbito inferior al municipal ha aconsejado su inclusión.
Está presente también en este diccionario un número representativo de frases hechas y refranes de entre los más usados en el habla de las Islas.
El Diccionario básico de canarismos es el resultado de una selección de las voces del Diccionario general de canarismos que está elaborando la Academia Canaria de la Lengua. En su confección ha intervenido un equipo de estudiosos de las hablas insulares que han aportado repertorios léxicos y fraseológicos obtenidos de manera directa de informantes de las distintas islas del Archipiélago. Sin dejar de tener en cuenta los diccionarios dialectales más acreditados, se han redactado o precisado y revisado conjuntamente todas las definiciones de los términos incluidos en dichos repertorios, contando para ello con la ayuda de cualificados colaboradores, expertos en la cultura tradicional de sus islas de origen.
Para la elaboración de este diccionario, se han seguido, entre otros, los siguientes criterios de selección:
1. Voces de uso general en Canarias y de amplia difusión y vitalidad entre sus hablantes.
2. Voces que, sin ser generales en el Archipiélago, son de extenso conocimiento en la mayoría del territorio insular.
3. Voces características y peculiares de cada una de las Islas.
4. Voces pertenecientes al lenguaje especializado de la cultura y de la naturaleza de Canarias: flora, fauna, pesca, gastronomía, artesanía, juegos infantiles, deportes populares, etc.
Instrucciones de uso
La información en el artículo lexicográfico
Como es norma general en las obras de lexicografía, los artículos del Diccionario básico de canarismos constan de los siguientes apartados:
- 1. Entrada o lema
- 2. Información gramatical
- 3. Localización geográfica de las unidades
- 4. Acepciones
- 4.1. Definición
- 4.2. Ordenación
- 5. Ejemplos de uso
- 6. Unidades léxicas pluriverbales: lexías complejas, modismos y refranes
- 7. Información complementaria
1. Entrada o lema
El DBC sigue los criterios establecidos en la lexicografía para incorporar los lemas. Por lo general, la ortografía de estos ha respetado los principios fijados por la Real Academia Española (RAE). No obstante, cabe considerar las siguientes particularidades:
a) Cuando la palabra cuenta con una tradición ortográfica regional que no coincide con la ortografía de la RAE, se da entrada a ambas formas gráficas (hadario/jadario).
b) Si la voz no ha sido recogida en el DRAE y presenta distintas variantes, se recogen todas aquellas versiones gráficas que estén respaldadas por la tradición escrita regional (taginaste/tajinaste).
c) Cuando existen en el habla variantes de pronunciación habitual que afectan a la sílaba inicial de la palabra, se han registrado todas las formas de la voz, para facilitar su búsqueda en el diccionario. Así, ante el fenómeno de caída de /d-/ en ciertas palabras, se han recogido tanto la forma plena (desconchar, descamisar) como la que refleja el fenómeno mencionado (esconchar, escamisar). En el caso de las voces procedentes de palabras latinas con /f-/ en las que es habitual la aspiración de h-, se recogen, asimismo, la variante escrita con “j” (jocicudo) y la escrita con “h” (hocicudo).
2. Información gramatical
Tras la entrada, por medio de abreviaturas cuya equivalencia se proporciona al final de estas instrucciones, se ofrece al usuario la correspondiente información gramatical. En aquellas ocasiones en que se ha considerado de utilidad, se ha proporcionado, además, información gramatical complementaria tras cada una de las acepciones (U. m. c. dim.).
Las interjecciones no llevan marca gramatical, sino que en este caso se especifica la clase de palabra en el cuerpo de la definición. Tampoco se consigna en aquellas unidades que se usan para llamar a animales o inducir en ellos una determinada conducta (ña, piro).
3. Localización geográfica de las unidades
Para proporcionar la información relativa a la localización geográfica de las unidades, se han seguido los siguientes criterios:
a) No llevan marca de localización las voces que se usan en todo el Archipiélago o al menos en cinco de las islas, entre las que deben figurar Tenerife y Gran Canaria, que son las que concentran la mayor parte de la población del Archipiélago.
b) Tampoco llevan marca de localización las que remiten a otras voces, en los siguientes casos:
1. Entradas que reflejan o respetan la ortografía etimológica de la voz, pero sin empleo ni registro en la lengua hablada (hadario, -ria, hocicudo, -da).
2. Entradas que presentan una ortografía aceptada, pero no preferida por la ACL (verol, taginaste), que se inclina en estos casos por la ortografía más neutra y menos marcada (berol, tajinaste).
3. Entradas que reflejan una de las pronunciaciones habituales de la voz, pero que no son las formas elegidas por la ACL para ser definidas (escamisar, esbagar).
4. Entradas que remiten a una lexía compleja, como bonita → papa bonita. En estos casos, si tienen uso como unidades simples, se entiende que comparten la localización que aparece en la lexía compleja.
5. Entradas que aluden a elementos del folclore o de la gastronomía, ya que, aunque sean originarios de una o varias islas, se conocen en todas. En estas ocasiones, la información relativa al origen se proporciona en la definición (rapadura, quesadilla, aires de Lima, etc.).
En el resto de los casos, se indicará la localización de las voces. De acuerdo con una tradición consagrada en la lexicografía canaria, las islas se citarán desde la más oriental a la más occidental, utilizando las siguientes abreviaturas: Lz, Fv, GC, Tf, Go, LP y Hi. Si la voz pertenece solo a las islas orientales (Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote), se utilizará la marca Or. Si pertenece solo a las occidentales (Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro), se utilizará Occ. El hecho de que una palabra se localice en una isla no quiere decir que se registre en la totalidad de su territorio, sino que se tiene constancia de su uso al menos en alguna zona o comarca de ella. En todo caso, esta indicación diatópica no debe hacer suponer necesariamente que la voz o la acepción sea desconocida en otros puntos del Archipiélago, sino que la ACL solo tie- ne certeza de su empleo en las islas referidas.
En las voces relativas a seres vivos, se proporciona, además, información sobre el nombre que recibe la especie en otras islas. Tras la definición o el ejemplo, se relacionan los distintos nombres que recibe la especie animal o vegetal mediante la fórmula “En otras zonas de Canarias se conoce con el nombre de...” o semejantes.
4. Acepciones
4.1. Definición
Las definiciones se han redactado tratando de conseguir la máxima claridad y sencillez, sin sacrificar por ello el preciso valor de la palabra. Con carácter general, se han tenido en cuenta los siguientes principios:
Se ha evitado la definición sinonímica por considerarla poco apropiada en este tipo de obras. No obstante, en ocasiones, para mayor claridad, tras la definición por extenso de la entrada, se ha indicado el término equivalente en el español general. Así, por ejemplo, en la definición de horcón se ha señalado, tras la descripción del instrumento, el sinónimo general rodrigón.
Cuando los canarismos presentan distintas variantes formales, se ha definido en aquella que, por razones diversas (etimológicas, de extensión de uso, arraigo, etc.), la ACL ha considerado preferente. Así, en el caso de las variantes callao/callado, abade/ abae, descamisar/escamisar, se ha definido en callao, abade y descamisar, y se ha remitido a ellas desde callado, abae y escamisar, respectivamente.
En las definiciones de voces con restricción combinatoria, se ha empleado, en la medida de lo posible, una fórmula que permita distinguir la definición propiamente dicha de su contorno (“dicho de...”, “referido a...”, “hablando de...”). Así, en las definiciones de adjetivos como jardino, -na o morespaldo, -da, se indica que se trata de adjetivos que se aplican únicamente a cabras.
4.2. Orden
Con carácter general, las acepciones se han ordenado siguiendo los criterios más al uso en la lexicografía: se han colocado seguidas las acepciones que comparten categoría gramatical; en el caso de los verbos, los usos no pronominales, antes que los pronominales; y en el de los nombres, las acepciones adjetivas, antes que las sustantivas. Como excepción a este último criterio, y con el fin de que el orden de las acepciones en el artículo no subvierta el de la evolución semántica de la palabra, en las contadas ocasiones en que las voces tienen acepciones adjetivas derivadas semánticamente de las acepciones sustantivas, se ha preferido separar las entradas (borrallo, lla/borrallo). Se adopta así una solución semejante a la de los homónimos.
5. Ejemplos
Como complemento de las definiciones, y con el objeto de proporcionar sus contextos habituales, en la mayoría de las voces y acepciones se han aportado ejemplos de uso. Estos aparecen en cursiva tras la definición. En todos los casos se trata de fragmentos de textos reales que se han adaptado al propósito didáctico del diccionario, y que, al tiempo que ayudan a la comprensión de la voz definida, constituyen modelos de uso.
Además de los ejemplos, el DBC ilustra con dibujos o fotografías algunas de las voces. En la selección de estos han primado criterios como la relevancia etnográfica, la conveniencia de ilustrar palabras que designan partes de un todo en el conjunto en que están integradas (nombres de las partes del barquillo, de la anatomía del camello y del pez), o la voluntad de añadir un aporte visual que ponga de relieve algunos rasgos de los seres vivos descritos.
Cuando las entradas cuentan con varias acepciones y una de ellas se acompaña de ilustración, tras el ejemplo aparece una indicación con el número de la figura que la representa. En el caso de ilustraciones a las que corresponden varios canarismos, se ha colocado la fotografía o el dibujo en las palabras que tienen una localización más general, y desde las restantes voces equivalentes se ha indicado, como información complementaria, el número de figura bajo el que aparece y la palabra a la que está referida
6. Unidades léxicas pluriverbales: lexías complejas, modismos y refranes
Las combinaciones más o menos fijas de palabras (uva negramolpapa bonita) se recogen dentro del artículo correspondiente al término principal de la combinación, sea o no canarismo. En el caso de que no sea canarismo (higo o uva), tras la entrada aparece únicamente la marca gramatical y, a continuación, se consigna la lexía compleja. Si se trata de un canarismo, en primer lugar se definen las acepciones que pueda tener y, a continuación, se da entrada a las lexías complejas tras el signo //. Dentro de cada artículo, en negrita y separadas por las dos barras oblicuas, estas van ordenadas alfabéticamente.
Se han reunido en una única entrada las lexías complejas en las que el término principal es común a varias. Ocurre así en agua, baile, fula, higo, higuera, mojo, papa, sama o uva. En algunos de estos casos, se ha dado entrada en el diccionario también a las formas adjetivas que integran las lexías complejas (bergazote, bonita, cotio), desde las que se remite a ellas como información complementaria.
Los modismos y los refranes en el DBC aparecen registrados en la entrada correspondiente a la palabra principal de la combinación, sea esta o no canarismo. Por ejemplo, la expresión ir (con la) proa a/hacia/para el marisco aparece en la entrada proa, que, aunque no es canarismo, es la palabra principal de la combinación; por el contrario, el refrán para una talla desbocada/vieja/enfondada nunca falta un jarro sin asa, se registra en la entrada talla, canarismo, que es, además, palabra principal del grupo. Estas expresiones pluriverbales van situadas tras las acepciones del término cuando este es un canarismo y, en su caso, tras las lexías complejas. Dentro de cada artículo, se consignan en orden alfabético, en negrita, y separadas por el signo //.
Como es costumbre en la lexicografía hispánica, será considerada palabra principal de la expresión hecha el primero de los sustantivos que aparezca; si no aparece ningún sustantivo, el primero de los verbos; si no está presente ninguna de las categorías anteriores, el primero de los adjetivos; y, por último, si no aparece ninguna de las categorías precedentes, el primero de los adverbios.
Se ha usado, como es común en la representación de las frases hechas, la marca de una barra oblicua para indicar la alternancia de elementos, y un paréntesis, para señalar que cierto elemento puede aparecer o no.
Si alguna de estas lexías complejas fraseológicas incluye un canarismo, este irá en redonda.
7. Información complementaria
Al final del artículo, tras un cuadratín ( ☐ ), se proporcionan esporádicamente determinados datos acerca de los siguientes aspectos de las voces definidas:
a) Pronunciación, cuando esta presenta alguna particularidad especial, como ocurre con la diptongación de determinados hiatos. Esta información se incorpora mediante la fórmula “Se pronuncia generalmente…”. Cuando la pronunciación de la palabra entrada se atiene a la norma fónica canaria, no se hace ninguna observación, pues se supone que los canarismos se pronuncian según los patrones fónicos que rigen en el Archipiélago.
b) Pertenencia de la voz a una lexía compleja. Así, en el caso de la forma morisco, -ca, se indica que se trata de una palabra que integra la lexía compleja sama morisca y que, por tanto, debe consultarse su definición en la entrada sama, que es donde se recoge la combinación.
c) Localización de la ilustración. Cuando esta se encuentra en otra voz con el mismo referente o es una parte de otra que tiene un referente colectivo, se indica, tras el cuadratín, el número de figura y el término al que pertenece la ilustración correspondiente. Así, leñabuena, que no tiene ilustración inmediata, es correferencial de orijama, que sí la tiene y que lleva el número 106. Por eso, al final de la definición de aquella, se remite a la figura 106 y a la entrada orijama.